Rusia bloquea Telegram
Rusia bloquea
Telegram
El problema entre el regulador estatal de telecomunicaciones, y Telegram, comienza el pasado verano, cuando las autoridades del país acusaron al servicio de haber sido utilizado por terroristas para cometer un atentado. Si bien Telegram cedió a las primeras demandas, no fue suficiente para el Roskomnadzor o Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación.
Las autoridades necesitaban las claves del cifrado de Telegram para poder investigar supuestos actos terroristas. Pero como no la obtuvieron, multaron al servicio con 14.000 euros.
Si bien es sabido que la plataforma ha sido utilizada para difundir contenidos favorables al terrorismo islámico (contra los que la plataforma ha luchado como ha podido), lo que quieren las autoridades rusas es vía libre para monitorizar las comunicaciones de cualquier usuario (o todos) de Telegram.
De todas formas, la decisión de bloquear el servicio no afectaría a ningún otro territorio. Telegram no opera desde Rusia, sino desde Alemania y sus servidores están repartidos por todo el mundo, pero no hay ninguno instalado en Rusia.
La razón: no haber entregado las claves de cifrado, según se les exigía por parte de un tribunal.
Telegram es una
aplicación y servicio de mensajería (creada por dos hermanos rusos) conocido
por su fuerte cifrado y sus políticas de privacidad.
Las operadoras
rusas están llamadas a bloquear toda comunicación realizada por Telegram a través de sus redes. Este bloqueo
podría revertirse si los responsables de la aplicación acataran la orden del
tribunal.
Por el momento esto parece imposible, ya que el CEO de
Telegram, Pavel Durov, ya ha respondido vía Twitter que “en
Telegram tenemos el lujo de no preocuparnos por las fuentes de ingresos o las
ventas de anuncios. La privacidad no está en venta y los derechos humanos no
deberían verse comprometidos por temor o avaricia “.
El problema entre el regulador estatal de telecomunicaciones, y Telegram, comienza el pasado verano, cuando las autoridades del país acusaron al servicio de haber sido utilizado por terroristas para cometer un atentado. Si bien Telegram cedió a las primeras demandas, no fue suficiente para el Roskomnadzor o Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación.
Las autoridades necesitaban las claves del cifrado de Telegram para poder investigar supuestos actos terroristas. Pero como no la obtuvieron, multaron al servicio con 14.000 euros.
Telegram
intentó defenderse con una demanda
ante el Tribunal Supremo de Rusia para declarar inválida la orden del Servicio
Federal de Seguridad, ya que atentaría contra el principio constitucional del
secreto de las comunicaciones. Sin embargo, ésta fue rechazada.
Si bien es sabido que la plataforma ha sido utilizada para difundir contenidos favorables al terrorismo islámico (contra los que la plataforma ha luchado como ha podido), lo que quieren las autoridades rusas es vía libre para monitorizar las comunicaciones de cualquier usuario (o todos) de Telegram.
De todas formas, la decisión de bloquear el servicio no afectaría a ningún otro territorio. Telegram no opera desde Rusia, sino desde Alemania y sus servidores están repartidos por todo el mundo, pero no hay ninguno instalado en Rusia.
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